Onírico - Parte 4

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Parte 2
Parte 3

Parte 4:

Los segundos se alargan, los minutos se acortan, las horas se desvanecen, y los días se hacen noche; las fusas se alargan, las corcheas se acortan, las negras se desvanecen, y las blancas se hacen negras, que se desvanecen y crean el silencio, que se alarga, se acorta, y se desvanece, dándole paso al estruendo, los gritos, las bocinas, las luces, los autos, y la ciudad despierta, dónde nadie duerme, menos los que se acuestan para dormir por siempre, en ese letargo finito que se hace infinitamente eterno, se alarga, se alarga, no se acorta, se sigue alargando, y en el clímax de la desesperación se alarga aún más, y en esa milésima de segundo me transporto y te transporto, somos aire en el aire, gritando y sangrando, somos lluvia en la lluvia, cayendo divididos, separados, desmembrados y vacíos, en una ciudad despierta, muerta hace siglos. Los camiones cargados de cuerpos pasan a mi lado fantasmagóricamente, envueltos en la misma niebla que te envuelve y te esconde, te oculta. Desaparecés otra vez, y con vos desaparecen los sonidos y las luces, y solo siento el gusto del café y el olor del sol. Nado.