29.1.08

Nada

Nada, no vengo a decir nada, total nadie dice nada, tipo que nada empanada predestinada (!)
Nadie mira mi blog, nadie me motiva a seguir posteando. Morimos por ahora.

17.1.08

El Bar

Sonrisas mecánicas en las que solo influyen los músculos, no los sentimientos, una mueca que resulta un poco triste pero que preferís no analizar demasiado.
Palabras repetidas como figuritas, llenás el album y te sobran muchas, entonces las repartís, ayudás a que todos los demás como vos llenen ese album del que tanto estan pendientes, juntando frases estereotipadas y carentes de sentido que disfrazan por unos momentos efímeros la soledad auténtica.
Máscaras tejidas con hilos de elogio y admiración, detrás de las cuales se ocultan el resentimiento, el sentimiento de lástima y la indiferencia.
La mesa vacía excepto por un plato, delante del cual te sentás y engullís una por una las mentiras que te dicen, te llenás, y bajás las mentiras tomando un trago de necedad, ahora podés seguir comiendo, te llenás, engordás, reventás.
El bar está lleno de gente como vos, comiendo sola hasta reventar. No hay mesas para dos.

Street Spirit



4.1.08

La llave

Escarbás en la tierra dura hasta que te sangran los dedos, pero no la encontrás.
Vaciás tus cajones, revisás todos los libros, das vuelta hasta la ultima caja, pero no la encontrás.
Apilás una silla encima de otra, y otra, y otra más, una escalera imposible, inestable e improbable, que trepás con desesperación, pero no, tampoco la encontrás escondida en la terraza de tu cabeza.
Pero en un momento una de las sillas en las que se apoya tu razonamiento se aplasta con el peso de esa inseguridad reciente y creciente, y el golpe contra el suelo resulta mucho mas fuerte de lo que hubieras creído.
El dolor que te produce no saber lo que querés ahoga el dolor de la caída.
Te ponés a pensar seriamente, considerás todas las posibilidades, y te das cuenta que si encontraras la llave, realmente no sabrías si abrir o no la puerta.
Tal vez no la encontrás porque ese miedo, relegado a lo más profundo de tu inconsciente, tiene suficiente fuerza como para cegarte y no dejarte ver la manera de salir de esa habitación en la que vos mismo te encerraste.
¿Y qué es lo que está afuera, esperando que abras la puerta?. Pensás en mirar por la cerradura, pero no, si supieras lo que hay detrás de la puerta tendrías que decidir algo. Comodidad, inseguridad, todo viene a lo mismo.
Pero ahora viene la impaciencia. Y mirar por la cerradura te parece el único paso lógico y posible para salir de ahi, ya no podés retrasar más la situación.
Ves lo que esperabas, y lo que esperabas era lo que querías ver. Y ahi está la llave, donde siempre estuvo. Encima de la mesa donde apoyaste todo lo que moviste de lugar, abajo de todo lo que moviste de lugar.

1.1.08

Fin de Año en Familia...

Lo bueno: El piano, que pude tocar un rato, el budín de vainilla con pedazos de chocolate, un par de llamadas y mensajes de texto, y el hecho de que falta un año para tener que pasar por esta situación nuevamente.

Lo malo: La cumbia en los momentos que la hubo, los putos bichitos que molestaban, y lo interminable que parece Lanús cuando vas en 160.

Lo que me aburrió, lo que me fue indiferente o me pareció intrascendente: Todo lo demás

Lo mejor: Viajar a la vuelta con esa vieja borracha en el colectivo, hacía rato que no me reía tanto.