17.1.08

El Bar

Sonrisas mecánicas en las que solo influyen los músculos, no los sentimientos, una mueca que resulta un poco triste pero que preferís no analizar demasiado.
Palabras repetidas como figuritas, llenás el album y te sobran muchas, entonces las repartís, ayudás a que todos los demás como vos llenen ese album del que tanto estan pendientes, juntando frases estereotipadas y carentes de sentido que disfrazan por unos momentos efímeros la soledad auténtica.
Máscaras tejidas con hilos de elogio y admiración, detrás de las cuales se ocultan el resentimiento, el sentimiento de lástima y la indiferencia.
La mesa vacía excepto por un plato, delante del cual te sentás y engullís una por una las mentiras que te dicen, te llenás, y bajás las mentiras tomando un trago de necedad, ahora podés seguir comiendo, te llenás, engordás, reventás.
El bar está lleno de gente como vos, comiendo sola hasta reventar. No hay mesas para dos.

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