En realidad, por más que ahora sea una hora más temprano de lo que era hasta ayer, la hora que originalmente habíamos perdido nunca la recuperamos. Nadie nació, mató o vivió entre las 00:00 y las 00:59 del día en que giramos las perillas de nuestros celulares y apretamos los numeros de nuestros despertadores, cliqueamos nuestros relojes y le dejamos de dar cuerda a nuestras computadoras (o algo así era, no me acuerdo).
16.3.08
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